LA RESPONSABILIDAD SOCIAL Y ÉTICA DE LOS PROFESIONALES DE LA EDUCACIÓN

 


La ética explica, desde patrones de generalidad o universalidad, la experiencia moral humana y prescribe los modos de comportamiento justificables. La ética profesional comprende el conjunto de principios morales y modos de actuar éticos en un ámbito profesional, forma parte de lo que se puede llamar ética aplicada, en cuanto pretende – por una parte- aplicar a cada esfera de actuación profesional los principios de la ética general, pero paralelamente –por otra- dado que cada actividad es distinta y específica, incluye los bienes propios, metas, valores y hábitos de cada ámbito de actuación profesional. Si bien se suele usar de modo intercambiable con el término “deontología”, la ética profesional tiene un sentido más amplio, sin limitarse a los deberes y obligaciones que se articulan en un conjunto de normas o códigos de cada profesión, para dirigirse a las virtudes y roles profesionales.

Las éticas profesionales son, por tanto, éticas (aplicadas) especiales. Ello significa, por un lado, que se centran en el ámbito de actuación particular de una profesión como institución social. Y, por otro, que, acogiéndose a unos mínimos normativos de carácter universal, expresan su especificidad a través de sus ideales éticos, sus valores propios y sus virtudes características.

 

Lo más característico de una profesión no es tanto la singularidad propia de sus valores como el hecho de destacar o enfatizar unos sobre otros. Aunque, en todo caso, los valores, objetivos y hábitos profesionales están supeditados a los principios morales básicos o universales.

 

Cualquier profesión puede enfocarse desde un punto de vista descriptivo o normativo. El primero se refiere a lo que es la profesión, en qué consiste o qué hacen quienes pertenecen a ella y cuáles son sus actuaciones. El enfoque normativo se refiere a lo que debe ser; tiene que ver con las normas, reglas, principios o valores compartidos que deben observar sus miembros. Por lo general se expresan a través de códigos deontológicos, reglamentos o estatutos profesionales y textos sobre ética profesional.

 

La ética del docente impone una conducta moral muy por encima de los intereses particulares, va más allá de la institución educativa, es un concepto universal, que potencia la inserción positiva del educando en la sociedad. El docente debe ser colaborativo con los compañeros, trabajar en equipo desde la iniciativa y no desde la pasividad esperando con complacencia los resultados obtenidos por el esfuerzo de otros, debe ser crítico y autocrítico, observar los procesos que conllevan a la obtención de los resultados, “tener clara su misión como profesor, hacer bien el propio trabajo y dejar que los demás hagan el suyo.

 

La ética profesional docente implica una revisión del educador desde adentro, un crecimiento profesional basado en un proceso, donde el camino a seguir para conseguir los resultados es tan importante como el resultado mismo. Para el docente la ética profesional es una herramienta de proyección social, con su ejemplo puede marcar la existencia de las nuevas generaciones.

La aplicación de los reglamentos de disciplina para profesores coadyuva a formar valores en los estudiantes porque son estos los que reciben el impacto de una buena educación. El educador debe ser cauto ante posibles manipulaciones por parte de algunos elementos de la sociedad que pretenden cuestionar a otros colegas y sus métodos de mediación. El reglamento de disciplina y evaluación para profesores debe estar en correspondencia con las normas de conducta moral de la sociedad, es esta una forma de revalorizar la labor que realizan los docentes.

A continuación los dejo con un video para ampliar más el tema:




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